Mombasa es la ciudad más antigua y la segunda más grande de Kenia. Desde el siglo XII ha sido una próspera ciudad comercial, debido a que es una isla ubicada en un punto estratégico de la costa del océano Índico. En la actualidad y desde hace cierto tiempo, es un puerto muy importante de África Oriental y cuenta incluso con su propio aeropuerto internacional.
El casco antiguo de Mombasa recibe el nombre de «Old Town» o «Ciudad Vieja». Está situado en la isla, mientras que la ciudad en su conjunto se ha expandido con el paso de los años. El puente Nyali conecta la isla con la parte norte de la ciudad, donde se encuentra la hermosa zona residencial del mismo nombre y las playas de Bamburi. Un ferri conecta el casco antiguo con la parte sur de la ciudad y, finalmente, con las paradisíacas playas de Diani Beach.
Mombasa es, como la mayoría de las ciudades africanas, ajetreada y ruidosa, pero también tiene un encanto único. Además tiene mucha historia, lo que la convierte en una visita muy interesante en tu viaje por el país. Una nueva directiva exige que todos los edificios del casco antiguo y del distrito central de negocios se pinten de blanco con un ribete azul egipcio. Como resultado, los edificios más antiguos ahora tendrán un mejor aspecto.
Uno de los lugares más populares de Mombasa para hacer fotos es Moi Avenue, donde se encuentran los famosos colmillos de aluminio que se construyeron en 1952 para conmemorar la visita de la reina Isabel II de Inglaterra. Forman la letra M de Mombasa y marcan la entrada al corazón de la ciudad. Los lugareños los llaman «Pembe Za Ndovu», que en suajili significa «marfil». Y con razón, ya que desde la distancia los colmillos de aluminio parecen hechos de marfil de elefante.
Otra visita obligada es el Fort Jesus, del siglo XVI, que se considera Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y es el lugar más visitado de Mombasa. Los portugueses construyeron el fuerte en 1593 para que sirviera de cuartel general en este rincón del océano Índico. Entre los marineros portugueses, los soldados omaníes y las rebeliones suajilis, el fuerte cambió de propietario al menos nueve veces entre 1631 y principios de la década de 1870. Bajo el control británico, el fuerte se utilizó como cárcel. Por último, en 1960, se abrió como museo y así se ha mantenido hasta nuestros días.
Desde el Fort Jesus se entra directamente en el multicultural casco antiguo de Mombasa. Sus calles y su arquitectura antigua son el claro reflejo de su riqueza cultural: árabes, portugueses, asiáticos y británicos, todos residieron en algún momento en Mombasa. Aquí se encuentra la mezquita más antigua de Mombasa, que data del año 1300, y la mezquita Mandhry, de 1570, donde podrás encontrar un minarete que contiene un arco conopial específico de la región. Es un excelente ejemplo de la arquitectura suajili, que combina las elegantes florituras del estilo árabe con los reconfortantes patrones geométricos del diseño africano.
Por último, el mercado de las especias de Mombasa (parte occidental del casco antiguo) es una sobrecarga sensorial. Eso sí, te avisamos de que suele estar abarrotado, así que prepárate para recibir algún que otro empujón, regatear, oler todo tipo de fragancias exóticas y escuchar gritos y carros por todos lados. Puesto tras puesto, encontrarás cardamomo, pimienta, cúrcuma, polvos de curri y, en la calle Langoni, puestos de deliciosa comida callejera.
Durante tu visita a Mombasa te recomendamos que vayas al norte de la ciudad, después de explorar la isla histórica. El puente de Nyali conecta la isla con las zonas norteñas de Nyali y Bamburi. Lo más destacable de esta zona son sus hermosas playas y su industria del entretenimiento.
Nyali es una popular zona residencial, con supermercados, un cine, centros comerciales, un campo de golf de 18 hoyos, bancos, escuelas y centros vacacionales. En Bamburi, por su parte, se encuentra la playa pública Jomo Kenyatta, conocida comúnmente como «Pirates». También se encuentra aquí el Haller Park, cuyos senderos naturales son estupendos para dar paseos tanto a pie como en bicicleta. En su centro de conservación de vida salvaje podrás alimentar a las jirafas con la mano, ver hipopótamos, cocodrilos, serpientes (en terrarios) y otros animales salvajes, así como visitar un pabellón de mariposas. Bamburi tiene una bonita playa con muchos complejos turísticos, restaurantes e incluso una pista de karts con bares.
Nairobi es la capital y la mayor ciudad de Kenia. Recibe su nombre de la expresión masai Enkare Nairobi, que significa «agua fresca». Hace referencia al río Nairobi que atraviesa la ciudad. También se le conoce como «la ciudad verde en el sol».
Nairobi fue fundada en 1899 por el Imperio Británico, como depósito ferroviario del Ferrocarril de Uganda. En 1907, la ciudad creció rápidamente hasta sustituir a Mombasa como capital de Kenia. Como consecuencia, en 1963 se mantuvo como la capital de la República de Kenia tras la independencia de la región. Desde entonces y hasta la actualidad, ha sido el centro de la industria del café, el té y el sisal del país.
Nairobi es una ciudad que se ha mantenido a la orden del día y que dejó de ser una ciudad fronteriza para convertirse en una de las mayores y más interesantes ciudades de África. Tiene una gran energía y es un lugar lleno de vida. Además, es un centro multicultural en el que conviven múltiples tribus.
Aunque la ciudad se ha ido actualizando con el paso del tiempo, no ha perdido su esencia. Cuenta con un excelente museo y de la casa histórica de Karen Blixen, autora de «Memorias de África», que está abierta a quien quiera visitarla. Nairobi también es un centro de negocios y cultura.
A poca distancia del centro de la ciudad se encuentra el Parque nacional de Nairobi. Esta amplia y abierta llanura de hierba comienza justo en los límites de la ciudad y alberga una gran variedad de vida salvaje, incluyendo leones, leopardos, guepardos, hienas, búfalos, jirafas y una variada fauna con más de 400 especies. Es el mejor sitio para ver a los rinocerontes negros, ya que cuenta con más de 50 ejemplares de esta especie en peligro de extinción.
Junto a él se encuentra el reputado orfanato de elefantes gestionado por la David Sheldrick Wildlife Trust, que trabaja para proteger a los elefantes, rinocerontes y jirafas y dirige el programa de rescate y rehabilitación de animales huérfanos más exitoso del mundo.
Nairobi se utiliza también como punto de partida para viajes de safari a la Reserva Natural de Masai Mara. Esta reserva es una de las mayores de África y está a unos 270 km de Nairobi, es decir, a unos 45 minutos de vuelo. Alberga más de 95 especies de mamíferos y más de 400 especies de aves y es uno de los destinos turísticos más populares de Kenia.
Otra atracción es el Solio Ranch, un santuario vallado de propiedad privada dedicado a la protección de los rinocerontes. Está situado en el valle entre las altas laderas del monte Kenia y los picos de las montañas Aberdare, al norte de Nairobi. Aquí conviven alrededor de 40 rinocerontes con otros animales salvajes, como búfalos, cebras, jirafas, eland, oryx, impala, antílopes acuáticos, gacelas de Thompson y jabalíes verrugosos.
Nairobi se puede visitar durante todo el año.
Me llamo Harrison y soy guía en Nairobi desde hace 22 años. Lo que más le gusta a la mayoría de nuestros clientes es la atmósfera y el ambiente tan lleno de vida de la ciudad, además de todas las actividades que ofrece. Puedes estar en un enorme centro comercial por la mañana y dar el biberón a una cría de rinoceronte por la tarde.
Depende de cuáles sean tus planes, necesitarás entre 1 y 2 días para visitar la ciudad. Los mejores alojamientos son: Tamarind Hotel (categoría Gold), The Boma Hotel Nairobi (categoría Platinum) y Nairobi Serena Hotel (categoría Diamond).
Consejo extra:
Giraffe Manor es un exclusivo hotel-boutique y uno de los alojamientos más famosos del mundo. Una de las cosas más fascinantes que ofrece es la visita matutina y nocturna de la manada de jirafas residente en Rothschild, que asoman sus largos cuellos por las ventanas con la esperanza de recibir algo de comer antes de marcharse a su reserva forestal.
La ciudad de Jinja se encuentra muy cerca del nacimiento del río Nilo y del lago Victoria, en un punto del río donde confluyen unos hermosos rápidos que forman cascadas. Esto le da a la ciudad un ambiente especial y la posibilidad de practicar, entre muchas otras actividades, kayak, puenting, tirolina o rafting.
Jinja también es un destino muy popular entre los viajeros que buscan unos días de relax para descansar después de su safari gracias a su ambiente calmado, su proximidad al agua y un increíble campo de golf con hoyos bautizados con los nombres de distintos animales salvajes.
Descubre la cultura de Jinja visitando los mercados locales y los pequeños restaurantes de la ciudad. El mercado principal, en el centro de la ciudad, es una colorida muestra de productos frescos, artesanía y ropa.
Nada mejor que probar la cocina local después de haber hecho unas compras. Los restaurantes y puestos de comida locales ofrecen delicias como el matoke (plátanos cocidos), las samosas (una comida callejera muy popular) y el orgullo del país: el rólex, el desayuno estrella entre los ugandeses, una tortilla con verduras enrollada en una chapati.
Jinja cuenta con una amplia variedad de museos y centros culturales que exhiben su abundante patrimonio. Sumérgete por completo en las costumbres y tradiciones locales al visitar estos lugares, así como otros que te llevarán a la época colonial.
Jinja tiene un clima de selva tropical cálido y húmedo. La temporada seca abarca de diciembre a febrero y de junio a septiembre, mientras que la temporada húmeda abarca de marzo a mayo y de octubre a noviembre. Las temperaturas, por su parte, oscilan entre 25 y 30 grados Celsius todo el año.
Jinja se encuentra a dos horas en coche de Kampala, la capital de Uganda. También es accesible en avión, tomando un vuelo nacional desde el Aeropuerto Internacional de Entebbe.
El mejor momento es durante la temporada seca, de diciembre a febrero y de junio a septiembre, ya que es cuando mejor tiempo hace para realizar actividades al aire libre y visitas turísticas.
Diani Beach, al sur de Kenia, es un tramo espectacular de playa cerca de Mombasa. Ha sido elegido como uno de los 10 mejores destinos de playa de África y es una verdadera joya… que no querrás perderte.
Ubicada a 20 kilómetros al sur de Mombasa, esta playa de arena blanca y aguas turquesas, rodeada de palmeras, destaca por sus increíbles puestas de sol, sus resorts y restaurantes de primer nivel y su gran oferta de deportes acuáticos.
Diani es relativamente pequeña, pero es, sin duda, una de las playas más increíbles del mundo. El pueblo tiene incluso su propia pista de aterrizaje, por lo que es fácilmente accesible desde Nairobi, la capital de Kenia (está a solo una hora de vuelo).
Diani cuenta con una impresionante vida acuática, ideal para quienes quieran explorar el océano Índico. Aprovecha la oportunidad de ver delfines frente a la costa, de avistar ballenas jorobadas en septiembre o de nadar con tiburones ballena de enero a marzo. Si te animas a bucear encontrarás corales repletos de caballitos de mar, nudibranquios, peces pipa fantasma adornados, y muchos más.
Sin embargo, Diani no sólo ofrece vida salvaje submarina. También es uno de los pocos lugares del mundo donde puedes encontrar babuinos, vervets, sykes e incluso monos colobo, además de muchas especies de aves tropicales.
Si eres de esas personas que no se conforma con tirarse en una tumbona a pasar sus vacaciones, Diani Beach también tiene algo para ti. Además de hacer snorkel y bucear, podrás practicar deportes como el kitesurf o el windsurf y recorrer sus aguas en barco o moto acuática. Y para quienes no hayan tenido suficiente con los safaris, también podrán visitar las colinas de Shimba, un bosque costero lleno de vida salvaje y donde ver elefantes, antílopes acuáticos, antílopes sable e incluso algún que otro leopardo.
Descubre Kampala, la capital de Uganda, una ciudad mágica con muchas atracciones turísticas que no te dejarán indiferente. Una visita obligada son las tumbas de los reyes de Buganda, en Kasubi, ya que son un hito cultural y Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Las noches en Kampala están muy animadas. Cuenta con una gran variedad de bares, clubes y sitios donde pasarlo bien, ideales para amantes del baile y la música. Además, en el centro cultural de Ndere, tendrás la oportunidad de sumergirte de lleno en las culturas ugandesa y africana a través de su arte.
El centro de Kampala se caracteriza por tener todo tipo de mercados tradicionales llenos de vida. Nosotros te recomendamos Owino Market y Craft Market.
Pese a ser una ciudad, Kampala tiene muchos espacios verdes, parques y jardines, ideales para relajarse y disfrutar de la naturaleza. Uno de nuestros lugares favoritos son los jardines botánicos nacionales de Uganda. Si te agobia el bullicio de las ciudades, este es el refugio perfecto.
Si prefieres el buen tiempo, entonces debes visitar Kampala entre junio y agosto o entre diciembre y febrero, ya que es cuando menos llueve. Esta época es ideal para realizar actividades al aire libre y visitas turísticas.
Kampala tiene un clima tropical lluvioso constante con condiciones cálidas y húmedas. Se caracteriza por tener dos estaciones lluviosas: una de marzo a mayo y otra de octubre a noviembre. Los meses más secos son de junio a agosto y de diciembre a febrero.
La ciudad está en el sur de Uganda, cerca de la orilla norte del lago Victoria. Para llegar a Kampala, hay que reservar un vuelo al Aeropuerto Internacional de Entebbe.
En Ol’ Pejeta Conservancy podrás hacer un safari diferente. Se encuentra a cuatro horas en coche de Nairobi y se conoce como el paraíso en la Tierra para los aficionados de los rinocerontes. Con una población de 149 rinocerontes negros, es considerado el mayor santuario de estos enormes y majestuosos animales en África Oriental y Central.
Los rinocerontes negros están en grave peligro de extinción desde 1993. En aquel momento, se calculaba que solo quedaban unos 2.300 ejemplares en todo el mundo. En la actualidad, ese número ha aumentado hasta alcanzar los 5.000 ejemplares. En Ol’ Pejeta su número ha pasado de 20 (1995) a superar los 140. Además, aquí también viven 41 rinocerontes blancos (39 en la zona sur y 2 en la zona norte). Como los rinocerontes blancos son relativamente pacíficos y fáciles de ver, el parque ofrece la oportunidad de acercarse a ellos.
Najin y su hija Fatu son los dos últimos rinocerontes blancos del norte del mundo. Najin fue excluida del programa de crianza a finales de 2021, que busca preservar la especie y salvarla de la extinción, porque se ha hecho demasiado vieja (más de 30 años de edad). Fatu es ahora la única donante que queda en el programa, cuyo modus operandi consiste en implantar embriones desarrollados artificialmente en otra especie de rinocerontes más común.
¿Quieres saber más sobre estos animales antes de tu viaje a África? La diferencia entre rinocerontes blancos y negros no es su color. Proviene de una mala traducción de la palabra afrikáans «weit», que significa «ancho», y que se refiere al ancho labio superior de los rinocerontes blancos que necesitan para pastar. Los rinocerontes negros tienen el labio superior en forma de gancho, ya que prefieren recoger su comida de los arbustos. Los rinocerontes negros también son más pequeños, solitarios, tímidos y agresivos que los rinocerontes blancos, por lo que es más fácil verlos y acercarse a ellos.
Esta reserva alberga muchos más animales salvajes más allá de los rinocerontes. También cuenta con todos los miembros de los «Cinco Grandes», además de muchos otros animales «habituales» de safari. Especies en peligro de extinción como el perro salvaje africano, el orix, el antílope de Jackson, la cebra de Grévy, el serval, el guepardo y el zorro orejudo tienen aquí su hogar.
Por último, la reserva alberga el santuario Sweetwaters. Se trata de un santuario para chimpancés huérfanos o maltratados. Aunque estos hermosos primates no son nativos de Kenia, la reserva es un refugio seguro para ellos. Empezaron a hacerlo después de que otro santuario en Burundi tuviera que cerrar debido a la guerra en 1993. Junto con el Instituto Jane Goodall y el Kenya Wildlife Service (KWS), consiguieron continuar la buena labor de dar a chimpancés de todo el mundo un nuevo hogar seguro.
En coche, se tarda entre tres y cuatro horas desde Nairobi, siendo los últimos 13 kilómetros un camino de tierra. También es posible tomar un vuelo desde Nairobi hasta la pista de aterrizaje de Nanyuki, después de lo cual son apenas 45 minutos en coche hasta Ol’ Pejeta.
En Kenia, la temporada fría transcurre entre los meses de junio a noviembre, donde la temperatura media durante el día suele ser de unos 20 °C. Las noches suelen ser bastante frías durante esta época, así que es importante llevar ropa de abrigo.
De mediados de octubre a noviembre es la temporada de lluvias cortas. Después de esta época, de diciembre a abril, las temperaturas pueden llegar a alcanzar los 30 °C. La época de lluvias largas es en abril y mayo: las mañanas suelen ser soleadas y, a lo largo del día, se van formando las nubes que causarán las lluvias durante las tardes y las noches.
Las mejores épocas para visitar este lugar son de junio a octubre y de diciembre a marzo, ya que son las temporadas secas. Las temporadas de lluvias pueden hacer que a veces sea difícil conducir por los caminos de tierra.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que julio, agosto y diciembre son temporada alta, lo que significa que encontrarás muchos turistas. Los meses de septiembre y octubre son más frescos, secos y suele haber menos afluencia, por lo que, si no te gusta el turismo masificado, puede que esta sea la mejor época para planificar tu visita.
Gqeberha es la joya de la costa sudafricana, una combinación perfecta de historia, aventura y un ambiente playero irresistible. Los lugareños la llaman cariñosamente «PE», en referencia a su antiguo nombre, Puerto Elizabeth. Se trata de un lugar maravilloso donde puedes disfrutar de un café mientras unos delfines te saludan a lo lejos, danzando al ritmo de las olas, y luego pasear por calles llenas de huellas históricas. Ponte tus chanclas y despierta tu espíritu aventurero. Con cada ola, te será difícil resistir la tentación de darte un baño.
Si te apetece pasar unos días en la playa, King’s Beach y Hobie Beach son dos opciones ideales. Empieza en King’s Beach, con sus arenas doradas, olas suaves y suficiente espacio para tomar el sol o jugar al frisbee y al vóleibol. Luego, dirígete a Hobie Beach para un ambiente más tranquilo, con piscinas rocosas por explorar y aguas calmadas perfectas para el paddle surf y el esnórquel. Tanto si planeas surfear como relajarte, estas playas tienen ese toque mágico que necesitas. Si prefieres algo menos conocido, visita Sardinia Bay Reach, una impresionante extensión de dunas vírgenes y aguas cristalinas.
Aprende sobre historia y arte durante un paseo por las rutas Donkin Heritage Trail y Route 67 en la ciudad. La primera ruta empieza en la reserva Donkin, donde hay un emblemático faro junto a una pirámide, y abarca cinco kilómetros entre los que se reparten 51 gemas históricas como Fort Frederick y el propio ayuntamiento, de arquitectura victoriana y eduardiana respectivamente. Route 67, por su parte, es un recorrido lleno de vida que incluye 67 obras de arte callejero que rinden homenaje al legado de Nelson Mandela. La ruta pasa por puntos claves de la ciudad, como Campanile o la plaza de mercado Vuysile Mini, y termina bajo la inmensa bandera de Sudáfrica. Es una experiencia que te conecta con la historia de la ciudad y su espíritu de libertad.
Bluewater Bay y Pollock Beach en Gqeberha son destinos de avistamiento de cetáceos: ballenas jorobadas entre junio y agosto, y de nuevo entre noviembre y enero; ballenas francas australes entre julio y noviembre, y ballenas de Bryde durante todo el año.
Gqeberha está ubicada en el extremo occidental de la bahía de Algoa, en la costa sureste de Sudáfrica, a unos 770 kilómetros al este de Ciudad del Cabo (un trayecto de 7 a 9 horas en coche). Situada justo al este de la famosa Ruta Jardín, esta ciudad presume de vistas espectaculares al océano Índico.
Gqeberha goza de un agradable clima mediterráneo, con veranos cálidos y secos e inviernos frescos y lluviosos; un destino para visitar en cualquier época del año. En verano (de diciembre a febrero), las temperaturas de entre 20 y 26ºC invitan a disfrutar de días soleados en la playa. Durante el invierno (de junio a agosto), las temperaturas descienden a entre 9 y 19ºC, con cielos despejados y lluvias esporádicas. La primavera y el otoño son estaciones templadas, con un clima estable que convierte a Gqeberha en un destino atractivo durante todo el año.
La mejor época para visitar Gqeberha dependerá de tus preferencias. Si buscas días soleados para disfrutar de la playa y actividades al aire libre, el verano (de diciembre a febrero) es la mejor opción para ti, con temperaturas cálidas y cielos despejados; aunque es la época con más bullicio turístico. En invierno (de junio a agosto), el clima es más fresco y seco, ideal para recorrer lugares de interés cultural e histórico, como el Donkin Heritage Trail y la Ruta 67 sin aglomeraciones. Además, en junio comienza la temporada de ballenas, y es común ver ballenas francas australes a lo largo de la costa. Para quienes prefieren evitar la temporada alta, la primavera (de septiembre a noviembre) y el otoño (de marzo a mayo) ofrecen un clima agradable y la oportunidad de disfrutar de las atracciones de la ciudad y la naturaleza con calma.
Prepara la maleta en función del tiempo
Para el verano, lleva ropa ligera y transpirable, crema solar, sombrero y bañador. Es importante que en esta época te protejas como es debido del sol para disfrutar de los días de playa y las actividades al aire libre sin preocupaciones.
En invierno, asegúrate de llevar varias capas de ropa y una chaqueta, ya que las temperaturas pueden descender considerablemente por la noche. Durante el día, las temperaturas suelen ser agradables, aunque más frescas que en verano.
Tshwane (antigua Pretoria), es una ciudad vibrante y multicultural, caracterizada por sus calles limpias y pavimentadas, imponentes rascacielos y una rica historia. Sus numerosos monumentos históricos la convierten en una visita obligada para quienes deseen profundizar en el complejo pasado de Sudáfrica. Pasea por sus calles y museos para aprender sobre la época colonial y la lucha contra el apartheid. Pero eso no es todo, la ciudad también ofrece una amplia variedad de actividades, desde opciones tranquilas hasta aventuras llenas de adrenalina. Deslízate por la tirolina en las afueras, disfruta del ciclismo de montaña, haz senderismo en diversas reservas naturales y sumérgete en los mercados de alimentos, la poesía y la música en vivo que animan el centro de la ciudad.
La ciudad de Pretoria debe su nombre a Andries Pretorius, líder del movimiento conocido como «Voortrekker» y uno de los primeros neerlandeses en establecerse en la zona. Sin embargo, en 2005, el Gobierno sudafricano decidió cambiar su nombre a Tshwane para reflejar sus raíces africanas. «Tshwane» significa «somos iguales» en setusana, la lengua nativa de los tsuana. Por desgracia, este nuevo nombre no ha sido ampliamente aceptado a nivel global; muchos ciudadanos sin raíces africanas aún la llaman por su antiguo nombre, Pretoria, a pesar de que este ha sido adoptado en todos los documentos y señales oficiales.
Afortunadamente, si prefieres mantenerte al margen de temas políticos, también puedes referirte a ella como la Ciudad Jacaranda. Es un nombre muy popular tanto dentro como fuera de Sudáfrica y hace referencia a los hermosos árboles de jacaranda, que adornan la ciudad con sus vibrantes flores violetas.
En 1652, los colonos neerlandeses establecieron una colonia en el Cabo de Buena Esperanza, cerca de la costa, y forzaron a esclavos de todo el continente africano a trabajar en sus granjas. Sin embargo, con el tiempo surgieron tensiones. Una lucha de poder con los británicos recién llegados llevó a muchos bóeres neerlandeses a embarcarse en lo que se conoció como «el Gran Trek», «la Gran Marcha» o «el Gran Viaje dificultoso». Se desplazaron hacia el interior del país para establecer nuevos asentamientos y acabaron en lo que más tarde se convertiría en Pretoria. Aprende más sobre su historia visitando el monumento al voortrekker («Voortrekkermonument») que hay en la ciudad. Afortunadamente, la esclavitud y el apartheid hace tiempo que fueron abolidos. Hoy, Tshwane es una ciudad floreciente y multiétnica, llena de innovación, diversidad y creatividad.
Si deseas mantenerte activo durante tu estancia en Tshwane, tienes muchas opciones para elegir. Dirígete a la Reserva Natural de Rietvlei o a la de Groen Kloof para hacer senderismo, avistar animales o practicar ciclismo de montaña. Además, los amantes de las emociones fuertes no pueden perderse una visita al Centurion Park, un impresionante parque deportivo ubicado a las afueras de la ciudad, donde encontrarás actividades llenas de adrenalina. Atrévete a probar columpios dignos del mismísimo Tarzán o una tirolina de 50 metros de altura y 500 metros de longitud.
Si prefieres una experiencia más tranquila, te recomendamos visitar el Museo de Arte de Pretoria o el mercado de alimentos Hazel. Otra visita obligada es el Klitsgrass Drumming Circle, una sesión de música tradicional en directo con didyeridús, voces tribales y tambores que se celebra alrededor de una hoguera.
Tshwane es fácilmente accesible desde todas las principales ciudades de Sudáfrica, ya sea en coche o en avión. Para tener una referencia, el trayecto desde Johannesburgo toma aproximadamente una hora en coche, mientras que desde Ciudad del Cabo se tarda dos horas en avión, o bien 15 horas si prefieres hacer el viaje por carretera.
Tshwane disfruta de un clima subtropical húmedo, con veranos largos y lluviosos, mientras que los inviernos, entre junio y septiembre, son secos y agradables. Sin embargo, las noches pueden ser muy frías, llegando a descender hasta los cinco grados bajo cero. A pesar de su altitud relativamente elevada (1339 metros sobre el nivel del mar), las temperaturas medias anuales rondan entre los 18°C y los 19°C.
Si el calor y las lluvias intensas no te resultan un inconveniente, puedes visitar Tshwane en cualquier época del año, ya que siempre ofrece actividades interesantes. Sin embargo, la primavera (de septiembre a noviembre) y el otoño (de marzo a mayo) son las estaciones más agradables para disfrutar de actividades al aire libre y, por supuesto, para admirar los jacarandás en flor.