Un recorrido de 18 días para descubrir —casi— todo lo que ofrece Sudáfrica.
En Ciudad del Cabo no pueden faltar tres imprescindibles: el Cabo de Buena Esperanza, la Montaña de la Mesa y una colonia de pingüinos algo torpes, pero simpáticos.
Si te apetece conectar con la naturaleza, la ruta te lleva por la Reserva Natural de Marloth, en las montañas de Swellendam; por el río Touw, ideal para un paseo en barco; por el sendero Kingfisher y por la Reserva Natural Featherbed.
Historia y naturaleza se entrelazan en las cuevas de Cango y en el Point of Human Origins, dos lugares que invitan a viajar entre leyendas antiguas y los orígenes de la humanidad.
Recorre las pequeñas islas de Knysna —como Thesen y Leisure— antes de subir al mirador de Knysna Heads para disfrutar de las vistas.
Si buscas emociones fuertes, el Parque Nacional de Tsitsikamma y la bahía de Jeffrey son dos apuestas seguras: tirolinas entre la selva, sandboard en dunas y olas para lanzarte con la tabla.
El viaje también tiene espacio para los amantes de los animales: elefantes, focas —con las que puedes nadar—, primates y aves en libertad te esperan en el Parque de Elefantes de Knysna, en la Reserva de Robberg, en Monkeyland y Birds of Eden. Y como broche final, el Parque Nacional de los Elefantes de Addo, donde volver a ver a los gigantes grises.
Una ruta con un pedacito de toda Sudáfrica.
Puedes recorrerla por tu cuenta en coche o, si lo prefieres, dejarte acompañar por uno de nuestros guías, que te mostrará los rincones más especiales y te contará todo lo que no aparece en las guías.