Explorar todo lo que África tiene para ofrecer es el sueño de muchas personas. Desde épicas aventuras de safari para encontrar a los «Cinco Grandes» africanos hasta ver las gorilas de montaña en Uganda o relajarse en las blancas playas de Diani Beach: África lo tiene todo. Y desde Safari Africano somos expertos en diseñar itinerarios a medida que se ajusten a lo que quieres ver y hacer.
Nuestros itinerarios más populares pueden servirte de inspiración. A la mayoría de nuestros clientes les encanta terminar su emocionante safari con unos días de relax en en la playa. Si a ti también te gustaría, estás buenas manos.
Tanto si te decides por uno de nuestros itinerarios más populares como si prefieres un viaje más personalizado, estamos aquí para ayudarte. Prepárate para descubrir África a tu propio ritmo.
Día 1
Llegada al Aeropuerto Internacional de Ciudad del Cabo
Llegada al Aeropuerto Internacional de Ciudad del Cabo
Silver
City Lodge Hotel - VA Waterfront
Gold
Cape Heritage Hotel
Platinum
The Bay Hotel
«Baie welkom in Suid-Afrika», «Nayimkelekile eMzantsi Afrika» o, lo que es lo mismo, «¡Bienvenido/a a Sudáfrica!». A tu llegada al Aeropuerto Internacional de Ciudad del Cabo, el bullicio de la ciudad te da una cálida bienvenida. Recoge tu coche de alquiler y da comienzo a tu aventura. El trayecto en coche hasta tu hotel será tu primer contacto con la energía de esta vibrante ciudad. Descansa y prepárate para mañana, cuando comenzará tu viaje por carretera a tu propio ritmo. Lo mejor de conducir por tu cuenta es que no dependes de nadie y tienes total libertad para decidir qué ver, cuándo ir y cuánto tiempo quedarte. Además, gracias a nuestra guía de viaje, repleta de consejos, restaurantes locales y puntos de interés, tendrás todo lo necesario para vivir una experiencia inolvidable.
Actividades:
Donde mar y tierra se encuentran, allí se alza Ciudad del Cabo, la ciudad más antigua y la segunda más grande de Sudáfrica que además está llena de cosas por hacer. Desde Robben Island y el Castillo de Buena Esperanza para los amantes de la historia, hasta la Montaña de la Mesa y el Jardín Botánico Nacional de Kirstenbosch para a los que les fascina la naturaleza. Si te gustan los animales, la torpe y simpática colonia de pingüinos de Boulders Beach y las perezosas focas de Hout Bay te conquistarán a primera vista. Si, en cambio, prefieres sumergirte en la cultura local, dirígete al colorido barrio de Bo-Kaap para hacer una visita guiada a pie gratuita. Y, para cerrar el día, nada como el V&A Waterfront: un lugar con múltiples opciones para comer y beber, ir de compras o divertirte, ya sea subiendo a la noria Cape Wheel o disfrutando de un paseo en barco al atardecer con una copa de champán.
Donde mar y tierra se encuentran, allí se alza Ciudad del Cabo, la ciudad más antigua y la segunda más grande de Sudáfrica que además está llena de cosas por hacer. Desde Robben Island y el Castillo de Buena Esperanza para los amantes de la historia, hasta la Montaña de la Mesa y el Jardín Botánico Nacional de Kirstenbosch para a los que les fascina la naturaleza. Si te gustan los animales, la torpe y simpática colonia de pingüinos de Boulders Beach y las perezosas focas de Hout Bay te conquistarán a primera vista. Si, en cambio, prefieres sumergirte en la cultura local, dirígete al colorido barrio de Bo-Kaap para hacer una visita guiada a pie gratuita. Y, para cerrar el día, nada como el V&A Waterfront: un lugar con múltiples opciones para comer y beber, ir de compras o divertirte, ya sea subiendo a la noria Cape Wheel o disfrutando de un paseo en barco al atardecer con una copa de champán.
Actividades:
El Jardín Botánico Nacional Kirstenbosch es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y está situado en las laderas orientales de la Montaña de la Mesa. Alberga una amplia colección de flora autóctona sudafricana, como el «fynbos», las proteas en flor (la flor nacional) y flores del paraíso. No puedes irte de aquí sin recorrer el Boomslang (que significa «serpiente arbórea») un puente a 12 metros de altura que te lleva desde el suelo del bosque hasta las copas de los árboles del arboreto para ofrecerte unas vistas panorámicas espectaculares. Asimismo, debes explorar las exposiciones de arte que hay en el jardín y recorrer al menos uno de los senderos. Si después de la caminata te entra hambre, hay tres restaurantes entre los que elegir. Se ofrecen visitas guiadas gratuitas al jardín de lunes a viernes a las 10:00, las 11:00 y las 14:00, siempre y cuando el tiempo lo permita.
El trayecto por carretera entre Ciudad del Cabo y Swellendam (220 kilómetros) se hace en unas dos horas y media. Puedes dedicar la mañana a subir a la Montaña de la Mesa y salir después; o bien madrugar y llegar a tiempo de hacer un tour por el casco histórico, después de comer en alguno de sus muchos restaurantes. Y si te apetecen planes al aire libre y avistar fauna, incluye el Parque Nacional Bontebok en tu itinerario.
Actividades:
Swellendam, tercera ciudad más antigua de Sudáfrica, conquista por su historia, sus calles de robles centenarios y los caseríos encalados de estilo neerlandés del Cabo. Fundada en 1743 por la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales, recibió el nombre en honor al gobernador del Cabo, Hendrik Swellengrebel, y a su esposa (de soltera, Damme). Con más de cincuenta monumentos nacionales, su pasado se descubre en un recorrido por el casco histórico. Para los amantes de la naturaleza, la Reserva Natural Marloth y el Parque Nacional Bontebok están a un paso. Recorre sus senderos panorámicos llenos de fauna y salpicados de cascadas.
Swellendam rebosa historia, ya que en 1745 fue declarado distrito con magistratura. Para apreciar su encanto, lo mejor es recorrer a pie el casco histórico. Puedes hacerlo por libre o sumarte a una visita guiada que te lleve por los monumentos nacionales, el museo y otros puntos de interés. Un buen comienzo es el Museo Drostdy, con piezas muy interesantes sobre el pasado de la ciudad. Otra opción es salir desde la Iglesia reformada neerlandesa y bajar hacia la calle principal, flanqueada por casas encaladas de estilo neerlandés del Cabo. En el camino, irás encontrando cafeterías, galerías de arte, un taller de cerámica, tiendecitas y antiguas granjas que se conservan a la perfección. Aunque el itinerario se cubre en unos 20 minutos, reserva al menos dos horas para disfrutarlo con calma.
El trayecto entre Swellendam y Oudtshoorn recorre unos 220 kilómetros entre paisajes espectaculares y pasos de montaña escarpados. El recorrido lleva unas dos horas y media, sin contar las paradas para tomar algo. Oudtshoorn, famosa por sus avestruces, tiene mucho por hacer; una recomendación es visitar las cuevas de Cango, a los pies de la cordillera Swartberg: una buena forma de estirar las piernas tras el viaje en coche.
Actividades:
Oudtshoorn, en el Pequeño Karoo y enmarcada por las montañas Swartberg, es una parada imprescindible en la pintoresca Ruta 62. Conocida como la capital mundial del avestruz, alberga unos 200.000 ejemplares repartidos en más de 500 granjas. Y, aunque las avestruces son las auténticas protagonistas, Oudtshoorn tiene mucho más que ofrecer. Puedes visitar el Cango Wildlife Ranch, un centro de conservación ideal para familias donde habitan desde grandes felinos hasta cocodrilos, o adentrarte en las impresionantes Cuevas del Cango, un laberinto de piedra caliza formado hace más de 20 millones de años y considerado el sistema de cuevas más grande de África. Quienes disfrutan de la naturaleza encontrarán en la zona una biodiversidad única, y para vivir una auténtica experiencia de safari sin salir del Karoo, nada como el Buffelsdrift Game Lodge.
Descubre la magia de las cuevas Cango, uno de los monumentos naturales más fascinantes de Sudáfrica. Se encuentran escondidas en calizas precámbricas al pie de las montañas de Swartberg y guardan mucha historia, geología y leyendas. La visita guiada dura entre 60 y 90 minutos y recorre seis de las salas más amplias e impresionantes, hasta llegar a la African Drum Room («sala del tambor africano», en español). Se recomienda llevar calzado cómodo y una chaqueta ligera, ya que la temperatura en el interior se mantiene a 20 ºC todo el año. Las salidas se realizan cada hora, de 9:00 a 16:00, todos los días. Es imprescindible reservar con antelación.
El trayecto entre Oudtshoorn y Mossel Bay es corto —apenas 86 kilómetros, poco más de una hora en coche—, así que aprovecha la mañana con calma antes de salir. Una buena opción es visitar una granja de avestruces para conocer de cerca al ave más grande del mundo y, después, disfrutar de un almuerzo en la zona. Cuando llegues a Mossel Bay, puedes pasar la tarde en la playa y pasear por el puerto para aprovechar al máximo el día.
Actividades:
A orillas del Cabo Occidental se levanta Mossel Bay, una ciudad portuaria conocida por marcar el inicio —o el final— de la famosa Ruta Jardín. Quien busque un día tranquilo lo tiene fácil: más de 60 kilómetros de playas de arena blanca, un puerto animado y sol casi garantizado; solo queda tumbarse y disfrutar sin prisas. Pero Mossel Bay no es solo sol y playa, también puedes subir al faro de Cape St. Blaize, del siglo XIX, visitar el Museo Bartolomeu Dias y paseas por sus jardines botánicos, o adentrarte en el Point of Human Origins, un conjunto de cuevas frente al mar incluidas en el Patrimonio Mundial de la UNESCO, donde la historia del ser humano se mezcla con el rumor de las olas.
Visita una granja de avestruces y descubre, en un recorrido de dos horas, todos los secretos del ave más grande del planeta. Conocerás cómo viven, podrás darles de comer en la mano y verás cómo se elaboran artesanías con sus plumas, huevos y cuero. También visitarás los nidos de cría y aprenderás detalles curiosos sobre su anatomía. Al finalizar, relájate bajo un anacahuita en el restaurante al aire libre y disfruta de café arábica africano, platos ligeros y sabrosos filetes de avestruz, tiernos y sin grasa. Los niños disponen de un parque infantil y zonas verdes para jugar. Una actividad que combina naturaleza, aprendizaje y diversión en familia.
El trayecto de Mossel Bay a Wilderness por la N2 es corto, poco más de 60 kilómetros que se recorren en unos 45 minutos. Aprovecha la mañana para dar una última vuelta por Mossel Bay antes de poner rumbo a tu siguiente destino. Si viajas con niños, una buena idea es hacer una parada en George, a unos 40 kilómetros. Allí se encuentra la Redberry Farm, una granja muy popular con actividades pensadas para los más pequeños, como recoger fresas. Después, disfruta de un almuerzo casero con productos de la huerta.
Actividades:
Entre colinas cubiertas de bosque y playas sin fin se encuentra Wilderness, un pueblito costero con encanto. Empieza el día con un paseo tranquilo por la playa hasta la laguna, donde puedes remar en canoa o navegar en barco por el río Touw. El centro es pequeño, pero cuenta con cafeterías acogedoras, tiendas de artesanía y restaurantes. Si te gusta la naturaleza, en el tramo de Wilderness del Parque Nacional de la Ruta Jardín encontrarás senderos como el Kingfisher Trail y el mirador «Map of Africa», desde el que se aprecia cómo el río, en su meandro, dibuja la silueta del continente.
El viaje de Wilderness a Knysna cubre unos 47 kilómetros por la N2, unos 40 minutos de carretera. Si sales a mediodía, una buena opción es parar a comer en Sedgefield, un pequeño pueblo costero rodeado de lagunas y marismas, justo a mitad de camino. Allí encontrarás el Pilipili Restaurant, con su ambiente playero es un lugar para comer con los pies en la arena; mientras los niños disfrutan con una pizza, los adultos pueden brindar con un cóctel o una cerveza artesanal bien fría.
Knysna es uno de los grandes tesoros de la costa sudafricana, un lugar que combina bosques, playas de arena blanca y una rica herencia cultural. Su historia está ligada al pueblo outeniqua, aunque hoy se la reconoce también por su mezcla de aventura y descanso. Empieza tu visita en los imponentes Knysna Heads, dos acantilados que guardan la boca de la laguna y desde donde se disfrutan panorámicas espectaculares. Al día siguiente, sube a un ferry rumbo a la Reserva Natural Featherbed, que se puede recorrer a pie o en kayak. Luego, descansa en las playas de Buffalo Bay y termina el día en el Waterfront, recorriendo sus tiendas, restaurantes y bares que animan el ambiente.
Actividades:
La Reserva Natural Featherbed, situada en el Head occidental de Knysna, es un paraje privado al que solo se accede en ferri. Cada día sale una excursión de unas cuatro horas desde el Waterfront de Knysna que incluye el traslado en ferri, un recorrido en vehículo 4×4 hasta lo alto del acantilado y, de forma opcional, una caminata guiada de 2,2 kilómetros entre bosques costeros, fynbos y cuevas marinas. No es un trayecto complicado, aunque se aconseja una forma física media. Durante el camino, los guías especializados comparten curiosidades sobre los ecosistemas de la laguna, la vegetación autóctona y la fauna que habita en la zona. Es una experiencia apta para todas las edades; solo necesitas calzado cómodo, cámara y ropa adecuada a la temporada. Conviene reservar con antelación y, si quieres, puedes añadir un almuerzo para completar la visita.
Si te gusta la playa, una parada en Buffalo Bay (o Buffelsbaai, como la llaman los locales) es imprescindible. Este pueblo costero es famoso por sus vistas, sus puestas de sol y por contar con una de las playas más seguras para el baño de la región. Muy cerca de Knysna y Sedgefield, combina un entorno ideal para familias, buenas olas para surfistas y un ambiente costero relajado. Si no eres de quedarte quieto en la toalla, puedes recorrer a pie la playa hasta Brenton-on-Sea, un paseo en el que aparecen murales, mosaicos y tablas de surf decoradas, ya que Buffalo Bay forma parte de la ruta de arte de Knysna. Hay también cafeterías y restaurantes para un almuerzo tranquilo o una copa al atardecer.
De Knysna a Plettenberg Bay hay solo 35 kilómetros, un trayecto de media hora escasa. Si aún te queda algo por ver en Knysna, puedes aprovechar la mañana allí. Pero si quieres visitar el Knysna Elephant Park, lo mejor es madrugar y reservar el Elephant Experience de las 8:00, que incluye desayuno y queda de camino. Sea cual sea tu plan, en el destino te esperan las espectaculares playas de Plettenberg Bay.
Actividades:
Plettenberg Bay, o «Plett» como la llaman los locales, reúne en un solo escenario de postal playas doradas, bosques frondosos, lagunas tranquilas y la imponente Reserva Natural Robberg. Aquí se puede hacer esnórquel en arrecifes llenos de color, nadar con lobos marinos del Cabo y observar a los delfines que surcan las olas. Y entre julio y diciembre, la bahía se convierte en un lugar excelente para el avistamiento de ballenas. «Plett» también es la región vinícola más pequeña de Sudáfrica; una estrecha franja de 57 kilómetros de costa, entre Packwood y The Crags, salpicada de viñedos boutique. Nada como una copa de blanco, pies en la arena y dejar que la vida fluya.
Conoce de cerca a los elefantes africano en el Knysna Elephant Park, pionero en Sudáfrica desde 1994, ha rescatado y cuidado a más de cuarenta ejemplares huérfanos y desplazados. Aquí no hay vallas ni espectáculos. Los elefantes se mueven a su aire, y los visitantes los acompañan con respeto, aprendiendo a observarlos y a entender su carácter y las relaciones que establecen dentro de la manada. Las visitas, llamadas Elephant Experience, se realizan a las 8:00 y a las 16:00 e incluyen un paseo tranquilo junto a los animales mientras los guías comparten historias y curiosidades. La sesión matinal termina con un desayuno en el Indlovu Café. El parque se encuentra junto a la N2, entre Knysna y Plettenberg Bay, por lo que resulta una parada perfecta en el camino. Y si quieres implicarte aún más, puedes apadrinar a uno de los elefantes.
Nada con lobos marinos del Cabo en la Reserva Natural Robberg, una experiencia divertida y familiar en Plettenberg Bay. Estos animales, curiosos y juguetones, suelen acercarse bajo el agua y pasan veloces a tu lado, a apenas unos centímetros. La actividad está disponible a partir de los 6 años. Quien quiera puede lanzarse al agua desde la embarcación y hacer esnórquel con los lobos marinos. Y si prefieres quedarte seco, siempre puedes disfrutar de la colonia desde la cubierta del barco. La excursión dura hora y media e incluye un paseo en barco hasta la colonia, neopreno, equipo de esnórquel y la asistencia de instructores PADI especializados. De vuelta en tierra, podrás utilizar las instalaciones del Beacon Island Hotel, con duchas calientes, vestuarios y taquillas. Recuerda reservar con antelación para no quedarte sin plazas.
De Plettenberg Bay al Parque Nacional Tsitsikamma hay 57 kilómetros que se hacen en unos 40 minutos. Si te entra hambre por el camino, puedes parar en Ristorante Enrico (en Keurboomstrand, te pilla de paso); es un lugar perfecto para ver delfines y ballenas, con vistas panorámicas de la bahía hasta Robberg, e ideal para ir con niños. Otra opción es acercarte a Bramon Wine Estate para catar vinos y hacer un picnic con vistas a las montañas de Tsitsikamma. Y, ya en el destino, dos planes que no fallan son la Reserva Natural de Robberg y los santuarios Monkeyland y Birds of Eden.
Actividades:
Empieza la mañana en la Reserva Natural de Robberg, a 8 kilómetros al sur de Plettenberg Bay. Este espacio, incluido en el Patrimonio de la Humanidad, reúne acantilados, dunas y cuevas con huellas de la Edad de Piedra. Merece la pena acercarse al faro de Cape Seal, cuya luz se alza a 146 metros sobre el nivel del mar. Con algo de suerte podrás ver al diminuto duiker azul y, casi siempre, a los lobos marinos del Cabo descansando en las rocas. En temporada se dejan ver ballenas y delfines mar adentro, y la compañía de numerosas aves está asegurada durante la caminata. Hay tres rutas circulares: un paseo fácil de media hora, una opción intermedia y una caminata más exigente de hasta cuatro horas. Todas ofrecen vistas espectaculares.
El Parque Nacional Tsitsikamma se ubica en la provincia del Cabo del Este, en la célebre Ruta Jardín, y abarca 80 kilómetros de costa salvaje, adornada por un frondoso bosque costero, hermosas playas, y altas rocas y acantilados que rodean el río Storms. En lugar de pasar el día buscando leones, hoy disfrutarás de épicas rutas de senderismo, te refrescarás bajo una cascada, recorrerás el circuito de dos kilómetros sobre el puente colgante del río Storms y practicarás emocionantes actividades al aire libre, como submarinismo, esnórquel, kayak o tubing, por mencionar solo algunas. Para los amantes de las emociones fuertes, también hay cruceros para avistar delfines o ballenas, una tirolina que pasa entre las copas de los árboles del bosque, y la experiencia definitiva: el salto de puenting más alto del mundo.
Actividades:
Remar, flotar y saltar, así se resume la Kayak & Lilo Adventure en la desembocadura del Storms River, en el Parque Nacional Tsitsikamma. La actividad dura entre dos y tres horas y, si el mar lo permite, comienza con un trayecto en kayak bajo el puente colgante, sino con una caminata guiada por el bosque. El recorrido atraviesa un desfiladero con cuevas, acantilados y largos tramos de aguas tranquilas, hasta que el río se estrecha y toca continuar sobre un «lilo», una colchoneta hinchable con la que se avanza flotando por los tramos más estrechos. De regreso, hay dos posibilidades: saltar a las pozas profundas o volver tranquilamente sobre el «lilo».
La excursión en barco por la desembocadura del río Storms, en el Parque Nacional Tsitsikamma, te lleva a través de un desfiladero con acantilados de casi 20 metros de altura. Para llegar al embarcadero, hay que caminar 800 metros por el sendero Mouth Trail hasta el puente colgante, desde donde parte el «Spirit of Tsitsikamma». El barco tiene capacidad para 22 pasajeros y sale cada 45 minutos, con una duración aproximada de 2 horas por trayecto. Durante el recorrido, se pasan por cuevas, pasajes estrechos y acantilados, con la posibilidad de avistar colonias de murciélagos en lo alto.
Platinum
Canal Guest House - Waterfront Accommodation
Entre el Parque Nacional de Tsitsikamma y Jeffreys Bay hay 110 kilómetros, que se recorren en 75 minutos por carretera. Si te apetece, puedes hacer una breve parada en St Francis Bay para visitar el faro, su puerto deportivo o disfrutar de un paseo en barco por los canales. Desde allí, en media hora estarás en J-Bay, la capital del surf de Sudáfrica.
Actividades:
Si viajas de Tsitsikamma a Jeffreys Bay, quizás te interese hacer una parada en el encantador St. Francis Bay y disfrutar de un relajante paseo en barco por su pintoresco sistema de canales, la primera marina construida en Sudáfrica. Relájate con estilo mientras navegas por estas aguas escénicas y disfrutas del entorno tranquilo. Tu guía compartirá datos fascinantes e historias curiosas sobre los canales, sus orígenes y el rico ecosistema que albergan. Esta apacible actividad es perfecta para todas las edades. No olvides reservar tu plaza: el embarque es en una embarcación fluvial llamada Topsy.
Platinum
Canal Guest House - Waterfront Accommodation
Día 13
Jeffreys Bay
Jeffreys Bay
Gold
On the Beach Guesthouse
Platinum
Canal Guest House - Waterfront Accommodation
Jeffreys Bay, o J-Bay como la llaman los lugareños, es una localidad surfera conocida por sus playas de primera categoría, sus olas épicas y su ambiente tranquilo. Con puntos de surf de renombre como Kitchen Window, Tubes, Super Tubes, Point y Albatross, es la meca de los surfistas que buscan olas rápidas y potentes de hasta 3 metros de altura. Además del surf tradicional, puedes practicar sandboard, visitar el museo de conchas o pasear por Surf Village, donde encontrarás puestos de artesanía con arte de conchas y tiendas de ropa surfera con paisajes de Jeffreys Bay. También hay una cervecería artesanal, fantásticos zapatos de cuero hechos a mano y, como este es el centro de la industria del calamar, los encontrarás en abundancia en los menús, junto a otras delicias del mar.
Actividades:
¿Te apetece disfrutar de una aventura a toda velocidad sobre dunas doradas? El sandboarding en Jeffreys Bay es perfecto para todos los niveles, con pendientes suaves para principiantes y descensos más empinados para los más valientes. Es como el snowboarding, solo que más cálido, ¡y con vistas al océano sobre St. Francis Bay que incluso podrían incluir delfines o ballenas (en la temporada correcta)! Tu aventura de dos horas comienza en el Wacky Wipeouts Sandboarding Shack, cerca del estacionamiento de Marina Martinique Beach, donde te espera el instructor. El equipo y las instrucciones están incluidos en el precio. Los tours se realizan diariamente a las 10:00 y a las 14:00, y además puedes combinarlos con un paseo en kayak o en SUP por la laguna para añadir un toque extra de diversión.
Platinum
Canal Guest House - Waterfront Accommodation
Día 14
Trayecto de Jeffreys Bay a Gqeberha (Puerto Elizabeth)
Trayecto de Jeffreys Bay a Gqeberha (Puerto Elizabeth)
Desde Jeffreys Bay a Gqeberha (antiguamente Puerto Elizabeth) hay unos 80 kilómetros, que se recorren en una hora por la N2. Dejas atrás Cabo San Francisco y Cabo Recife y, ya en ruta, asoman las lomas verdes del bosque de Longmore. Mientras te sacudes los últimos granos de arena de J-Bay, repasa mentalmente esos estupendos momentos de playa.
Actividades:
Todo lo bueno se acaba, y toca regresar a casa desde el Aeropuerto Internacional Chief Dawid Stuurman en Gqeberha (Puerto Elizabeth). ¿Te quedas con ganas de más? No pasa nada, siempre puedes enlazar con un vuelo doméstico a Ciudad del Cabo o a Tshwane (Pretoria) y alargar unos días tu viaje. Imagina recorrer viñedos de fama mundial, subir a la Montaña de la Mesa o sumergirte en la apasionante historia del país. Dinos qué te apetece y prepararemos una extensión del viaje para que disfrutes de otros rincones de Sudáfrica.