Una visita a Knysna no estaría completa sin pasar por su famoso Waterfront, uno de los lugares más animados para ir de compras, comer bien y empaparse del ambiente costero. Entre el ir y venir de barcos y yates de recreo, cada día parten cruceros que recorren la laguna al atardecer. En tierra firme, el Waterfront es el paraíso de las compras, con boutiques, tiendas de artesanía y joyería. La oferta gastronómica, por su parte, es amplia: desde platos de marisco fresco hasta las célebres ostras de Knysna. Una buena opción es el Drydock Harbour Restaurant, con ventanales abiertos a la laguna y una cocina que no defrauda.