8 días de safari (Kenia)

«¡Jambo!». Al salir del Aeropuerto Internacional Jomo Kenyatta, tu guía personal de Safari Africano te saludará con un «¡Karibu Kenya!» (en español: ¡Bienvenido a Kenia!) y una gran sonrisa. Acto seguido te llevará hasta tu hotel. El resto del día podrás descansar o visitar la vibrante ciudad de Nairobi e ir sumergiéndote en la cultura keniana desde el día uno.

No te cortes y pregunta a tu guía todo lo que necesites saber, estará encantado de ayudar. Él podrá recomendarte lugares para comer en la ciudad y darte todo tipo de detalles sobre los parques nacionales que estén incluidos en tu itinerario.

A tres o cuatro horas en coche de Nairobi, se encuentra el cielo en la tierra para los amantes de los rinocerontes, también conocido como Ol’ Pejeta Conservancy. Se trata del mayor santuario de estos majestuosos y enormes animales que existe en África Oriental y Central, ya que cuenta con una población de 140 rinocerontes negros.

Los rinocerontes negros están en peligro crítico de extinción desde 1993. Por aquel entonces, se calculaba que solo quedaban 2300 en todo el mundo. En la actualidad, superan los 5000. En Ol’ Pejeta, su número creció de forma constante, pasando de 20, en 1995, a una población de 140 en la actualidad. Además, también es el hogar de los dos últimos rinocerontes blancos del norte que quedan en el mundo y de 39 rinocerontes blancos del sur.

Por si fuera poco, Ol’ Pejeta también alberga un santuario para chimpancés maltratados y es uno de los pocos parques en los que se pueden ver a los Cinco Grandes en un mismo espacio, entre otros muchos animales.

Este día visitarás Solio Game Reserve, también conocido como Solio Ranch, un santuario privado dedicado a la conservación de rinocerontes. Está situado en el valle, entre las altas laderas del Monte Kenia y los picos de las montañas de Aberdare, justo al norte de Nairobi. Da cobijo a 200 rinocerontes y es una visita interesante, ya sea para realizar una excursión de un día o para pasar la noche en el lujoso Solio Lodge Laikipia.

Solio Ranch solía ser un rancho ganadero en activo, pero en 1973, parte de él se convirtió en un santuario de vida salvaje, momento en el que se reintrodujeron los rinocerontes y otros animales en la zona. En la actualidad, es un rancho de más de 19 000 hectáreas, 7500 de ellas dedicadas al santuario de vida salvaje para la conservación de rinocerontes blancos y negros. Los rinocerontes viven aquí en armonía con otros animales salvajes como los búfalos, las cebras, las jirafas, los elands, los órix, los impalas, los antílopes acuáticos, las gacelas Thompson y los facóqueros.

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Imagínate recorriendo las colinas del Gran Valle del Rift y, al dar la vuelta a la esquina, ves un lago resplandeciente entre las colinas. ¡Bienvenido al lago Nakuru! A solo cuatro horas en coche de Nairobi, este gran lago de 45 kilómetros cuadrados de superficie se encuentra en el fondo del Parque Nacional del Lago Nakuru. Aunque el parque en sí es bastante pequeño (88 kilómetros cuadrados) alberga nada más y nada menos que a cuatro de los Cinco Grandes.

El lago Nakuru es uno de los lagos de soda del Gran Valle del Rift. Solía tener millones de flamencos, pero hace diez años, la subida del nivel del agua hizo que estas aves se fueran a otro lugar. Afortunadamente, poco a poco han ido volviendo.

Además, el lago Nakuru es famoso por su población de rinocerontes blancos y negros (introducidos en la década de 1990), jirafas, búfalos, leones, leopardos, babuinos y más de 400 especies de aves diferentes. Es muy común encontrarse a algún que otro rinoceronte blanco en la orilla del lago, ¡no puedes dejar pasar esta oportunidad!

Hoy realizarás un hermoso viaje de cuatro horas desde el Lago Naivasha hasta la Reserva Nacional de Masai Mara, atravesando el Gran Valle del Rift. Te quedarás sin palabras cuando veas por primera vez sus interminables llanuras.

Empezarás tu safari después de un delicioso almuerzo. La Reserva Nacional de Masai Mara limita con el Parque Nacional del Serengueti (Tanzania) y juntos son el escenario anual de la Gran Migración de ñus. Más de 2,5 millones de animales recorren en grupo las llanuras del Serengueti y del Masai Mara en busca de pastos verdes y agua.

La reserva recibe el nombre de Masai Mara en honor a la tribu de los masai, o maasai, que llevan viviendo en esta región desde hace siglos, cuando emigraron aquí desde la cuenca del Nilo hace siglos. Mara significa «manchado» en la lengua Maa y hace referencia a un paisaje marcado por muchos árboles bajos y tupidos, distribuidos por la extensa sabana.

Hoy tendrás un día completo para ver la Reserva Nacional de Masai Mara de arriba abajo. Alberga más de 95 especies de animales y más de 400 especies de aves, y desde mediados de septiembre hasta mediados de octubre, la atraviesa a paso atronador la Gran Migración, es decir, si la visitas en esta época podrás ver enormes manadas de ñus, cebras, gacelas, antílopes e impalas desplazándose en grupo.

El resto de meses se puede avistar a los famosos Cinco Grandes, así como a guepardos, servales, hienas, zorros orejudos, chacales de lomo negro o rayados, hipopótamos, cocodrilos, babuinos, facóqueros, tsessebes comunes, antílope elands, antílope acuático, oribis, reduncas y muchos, entre otros. Es una forma perfecta de terminar tu safari.

Disfruta de la belleza del Masai Mara por última vez, ya que en la mañana del día 8 saldrás para un viaje de seis horas de regreso a Nairobi. Aquí tu guía personal te dejará en el Aeropuerto Internacional Jomo Kenyatta para tomar el vuelo de vuelta a casa.

¿No te parece suficiente? En lugar de volver a casa, puedes añadir más parques nacionales a tu itinerario o incluso añadir unos días en la playa.

Kenia tiene unas playas tropicales increíbles, perfectas para relajarse después de un safari. A nosotros nos gustan especialmente las extensas playas del sur de Kenia: la hermosa Diani Beach, 20 kilómetros al sur de Mombasa, y la animada playa de Bamburi, situada al norte de la ciudad. A ambas se puede llegar tanto en avión como en tren. Océanos azules y cristalinos, playas de arena blanca, piscinas infinitas, deliciosos cócteles de colores… ¿Qué más se puede pedir? Además, si prefieres hacer algo de turismo, la histórica Mombasa está a la vuelta de la esquina.